Ing. Agr. Joel H Velasco Molina
Profesor Emérito del Tecnológico de Monterrey
Asesor Técnico de ABS México y de GEMEX
El Estrés Calórico podemos considerarlo como la suma de todos las causas internas (incremento calórico del alimento, producción de leche, movimiento, etc.) y externas (calor y humedad medioambiental, radiación solar, movimiento del aire, etc.) que inciden sobre el animal, y su afectación es superior (como aparece en el orden del intitulado) en las vacas en producción (máxime en las buenas productoras) que en la vaquillas y las becerras. Lo cual no significa, de modo alguno, que deba despreciarse el mitigar el Estrés por Calor, también, en las becerras y las vaquillas; estrés éste que es evidenciado en un menor crecimiento, más morbilidad y mortalidad, y en descenso de la fertilidad en las vaquillas.
No obstante, para mi modo de ver, una manera concluyente y práctica de diagnóstico del problema del Estrés Calórico, es la de chequear por lo menos los criterios de normalidad sobre la temperatura corporal (rectal o vaginal) y la tasa respiratoria (número de respiraciones por minuto) de los animales.
Si un número representativo de becerras de menos de 1 mes y de más edad, consignan, en forma respectiva, más de 24 a 26 (las de 1 mes), y 30 o más (arriba del mes de edad) respiraciones por minuto; y, asimismo, una temperatura rectal mayor de 39° centígrados, deberemos aceptar que hay Estrés Calórico (a condición de que no se den signos de alguna enfermedad).
Para el caso de las vaquillas, habría indicios de Estrés por Calor en éstas, cuando las respiraciones por minuto y de temperatura corporal, fuesen de más de 80 y más de 39° C, respectivamente (a condición de que no se den signos de alguna enfermedad).
Las estrategias seguidas actualmente en las vacas en producción y en etapa de secas (vía de amortiguar el Estrés Calórico), giran en derredor de modificaciones físicas del ambiente, manejo alimento-nutricional, programación reproductiva, planes genéticos, etc. Y estaremos en acuerdo, lectoras y lectores, que algunas de estas estrategias en cuestión, pueden ser igualmente valiosas para las becerras y las vaquillas; más, en este caso, habrá de determinarse previamente el costo-beneficio para su implementación.
Evite la hipertermia (elevación de la temperatura rectal) en una cría recién nacida: ubíquela de inmediato en un lugar sombreado y fresco.
Literatura citada