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Las vacas también tienen personalidad

Artículo traducido por el Ing. Joel Velasco

Asesor Técnico de ABS

 

Cualquiera que trabaje con vacas con regularidad seguramente tendrá animales «favoritos» y «menos favoritos» según sus disposiciones. Esos rasgos de personalidad parecen influir en comportamientos que pueden afectar su salud, bienestar y productividad (Maureen Hanson).

¿Recuerdas al matón de la clase a quien todos temían y detestaban, y al que no le fue bien en la escuela? ¿O la dulce animadora que se llevaba bien con todos y alcanzaba un logro tras otro?

Las investigaciones demuestran que, al igual que tus compañeros de secundaria, las vacas tienen personalidades distintas. Cualquiera que trabaje con vacas, con regularidad seguramente tendrá animales «favoritos» y «menos favoritos», según sus disposiciones. Esos rasgos de personalidad parecen influir en comportamientos que pueden afectar su salud, bienestar y productividad.

En un evento reciente del podcast “Dairy at Guelph”, el Dr. Trevor DeVries, profesor de biociencias animales, describió el trabajo que él y su equipo, en la Universidad de Guelph, han estado haciendo para desentrañar las complejidades entre la personalidad, el comportamiento y la adaptación del ganado. Sistemas de ordeño automatizados (AMS).

Ahora, que aproximadamente el 20% de todas las granjas lecheras canadienses ordeñan con robots, DeVries dijo que la capacidad de las vacas para adaptarse y adoptar esos sistemas es cada vez más importante.

Cuando se trata de personalidades humanas, dijo DeVries, «tú y yo podríamos pensar: ‘somos como nuestros padres’. Hay cosas que te quedan grabadas cuando eres joven y que vas a llevar a cabo». Señaló que también podría haber genética que impulse las diferencias de comportamiento.

A través de su investigación, DeVries y su equipo buscaron clasificar a las vacas, según su comportamiento, midiendo sus respuestas individuales ante objetos y personas novedosos. Luego observaron cómo se comportaban vacas con diferentes clasificaciones de personalidad utilizando el AMS.

En un evento reciente del podcast “Dairy at Guelph”, el Dr. Trevor DeVries, profesor de biociencias animales, describió el trabajo que él y su equipo, en la Universidad de Guelph, han estado haciendo para desentrañar las complejidades entre la personalidad, el comportamiento y la adaptación del ganado. Sistemas de ordeño automatizados (AMS).

Ahora, que aproximadamente el 20% de todas las granjas lecheras canadienses ordeñan con robots, DeVries dijo que la capacidad de las vacas para adaptarse y adoptar esos sistemas es cada vez más importante.

Cuando se trata de personalidades humanas, dijo DeVries, «tú y yo podríamos pensar: ‘somos como nuestros padres’. Hay cosas que te quedan grabadas cuando eres joven y que vas a llevar a cabo». Señaló que también podría haber genética que impulse las diferencias de comportamiento.

A través de su investigación, DeVries y su equipo buscaron clasificar a las vacas, según su comportamiento, midiendo sus respuestas individuales ante objetos y personas novedosos. Luego observaron cómo se comportaban vacas con diferentes clasificaciones de personalidad utilizando el AMS.

 

Un hallazgo interesante fue que las vacas tímidas y temerosas, tendían a no utilizar toda su asignación de alimento en el robot, ya sea porque no lo visitaban con tanta frecuencia, no agachaban la cabeza para activar la asignación de alimento, o ambas cosas.

Ese hallazgo por sí solo es un elemento crítico, porque DeVries dijo que un beneficio único de los sistemas de ordeño robóticos, es la capacidad de entregar con precisión raciones individualizadas a cada vaca, en función de factores como el número del parto, el nivel de producción y la etapa de lactancia.

Una alimentación más precisa puede conducir impactos ambientales debido a una menor cantidad de desechos, excreción de nutrimentos y expulsión de gases. Entregar más energía a las vacas en lactancia temprana, podría potencialmente prevenir problemas metabólicos y mejorar el rendimiento de la lactancia. Y reducir estratégicamente las raciones en el momento del secado, podría proteger la salud de la ubre y mejorar el bienestar de las vacas.

Esos beneficios nutricionales podrían optimizarse si las vacas aceptaran fácilmente el robot.

DeVries reconoció que evaluar las personalidades individuales no es práctico en la granja, pero su equipo está utilizando la información de la personalidad, para impulsar la toma de decisiones tanto de «crianza como de naturaleza», con el objetivo de crear una población más grande de vacas cuyas personalidades se correspondan positivamente con el uso de robots. .

«Es posible que podamos establecer sistemas de manejo temprano en la vida, que podrían moldear la personalidad o el comportamiento de las vacas», dijo DeVries. Señaló que otros investigadores están explorando, si la exposición temprana a tecnologías como los alimentadores de leche automáticos, influye en las becerras para que utilicen los sistemas AMS más fácilmente, cuando se conviertan en adultas.

En términos de heredabilidad de los rasgos de comportamiento, DeVries citó datos publicados recientemente por su equipo, que examinaron los perfiles de comportamiento de las vacas y sus crías hembras. «Es un trabajo muy preliminar, pero detectamos algunas asociaciones positivas entre los perfiles de comportamiento de esos dos grupos de vacas», compartió DeVries.

Señaló que, así como el temperamento en la sala de ordeño se ha utilizado como herramienta de selección durante años, se pueden priorizar otros comportamientos para crear vacas con personalidades que se adapten mejor al ordeño robótico.