¿Valdrá la pena criar sus propias vaquillas lecheras en el establo?
- Alternativas
Ing. Joel H. Velasco Molina.
Profesor Emérito del Tec de Monterrey
Asesor Técnico de ABS México
Sin duda que si nos diésemos la tarea de verificar cómo se clasifican los vacunos en un establo lechero, nos convenceríamos de que sí existe una real diferencia de “clases sociales”. Las vacas en producción son agrupadas en la “clase alta”, “La Crema y Nata”. Las vacas secas, las de “la clase media” o, cuando mucho, “media alta”. Y las becerras y las vaquillas, “Juan Pueblo”.
Ante tal cuadro de referencia es obligado entonces el recapacitar sobre ¿cuál es el significado de una becerra al nacer?; ¿Qué representa para la empresa lechera?
Creo que podremos estar de acuerdo, lectoras y lectores, en que los siguientes tres puntos encierran el significado y trascendencia de lo que debe representar un remplazo lechero que nace:
- El producto de un excelente programa de mejoramiento genético
- El producto de un excelente programa reproductivo, y nada menos que...
- El futuro exitoso de la empresa lechera
Resulta a menudo que, por desgracia, la preocupación y esfuerzos puestos en el mejor de los programa de mejora genética y del manejo de la eficiencia reproductiva, dan al traste a consecuencia de un mediocre o mal manejo de la crianza de los reemplazos lecheros, y que, en última instancia, no se cumple con las expectativas del programa.
Por tanto, es aconsejable que sean analizados los pros y contras de las posibles opciones de reemplazar las vacas desecho del establo.
Formas de reposición en la vacada
Cada año en un establo lechero es dable un desecho — voluntario e involuntario—, que varía en razón de las diferencias entre hatos por cuanto al tipo de sistema de producción (estabulado, semiestabulado o pastoril); cifras más o menos del orden de 25% y hasta un 45 %, son comunes en la actualidad en nuestro país, en explotaciones de tipo intensivo.
Vale la pena tomar en cuenta que es bien sabido que el renglón de la crianza, en lo que toca a su participación en el costo de producción de un litro de leche, es alto. Para los estadounidenses típicamente este representa de un l5 a 20%. Para los mexicanos, creo que no estemos muy alejados de estos números. Por tanto, el productor de leche habrá de poner en la balanza: si le es costeable criar sus propios reemplazos; si comprar la reposición, o dar bajo contrato la crianza de sus becerras y vaquillas a una persona o institución especializada, a fin de lograr mayores ingresos de su lechería.
Las tres formas conocidas de reposición, como es natural, cuentan con ventajas y desventajas. Permítanme, pues, hacer un breve análisis de esto.
Crianza de los propios reemplazos.
Ventajas
- Conocimiento del potencial genético de los animales (producción, tipo, etc.)
- Conocimiento de las fechas de partos.
- Uso eficiente de los recursos: construcciones, forrajes, mano de obra, etc.
- Se evitan problemas de introducción de enfermedades inexistentes, de aclimatación e inmunidad, etc.
Desventajas
- Desconocimiento del potencial genético (se usa la monta natural y/o se insemina con semen barato, no se cuenta con información, etc.)
- Alta morbilidad (tasa de enfermedad del hato) y mortalidad.
- Mucha edad y poco peso y estatura al primer parto.
- Alto costo de producción de las vaquillas al llegar a línea de ordeña.
Compra de los reemplazos lecheros.
Ventajas
- Compra de mejor genética.
- Especialización en solo producir leche.
- Recursos destinados únicamente a la producción de leche: más vacas en vez de becerras y vaquillas.
- Se compra el ganado al momento de necesitarse.
Desventajas
- Desconocimiento de la genealogía (pedigrí) de las vaquillas (en el caso de las Grade o no de Registro, que son su mayoría) por adquirir.
- Subordinación al precio del mercado.
- Posibilidad de compra de problemas patológicos (padecimientos y enfermedades ajenas al rebaño).
- Inadecuada aclimatación del ganado a la zona de explotación.
- Inexistencia de información de fechas de inseminación, y consignación de --- por lo menos---, quién es el padre. a la zona de explotación.
La contratación de las crianzas de los reemplazos lecheros.
Las ventajas que pueden derivarse de esta modalidad de reposición son una conjugación de algunas de las anotadas en líneas anteriores, de las dos opciones citadas, esto es: de la crianza de los propios reemplazos y de la compra de animales.
Al llevar al cabo el contrato de una crianza se da por hecho que:
- Hay conocimiento de la genética.
- Hay especialización en quién va a criar y seguridad en la operación.
- Hay control sobre los programas sanitarios y nutricionales.
- Hay un excelente manejo reproductivo de las vaquillas.
- Hay más probabilidades de obtener vaquillas al parto de una edad, peso y estatura adecuados.
- Hay una honestidad, a toda prueba, entre los contratantes.
- Hay seguridad de que el precio de las vaquillas será el justo precio a su calidad.
Además, cobra sentido subrayar, que los insumos antes canalizados a la crianza, a nivel de granja, podrán ser destinados en el sostenimiento de un mayor número de vacas en producción, y en una más profesionalizada labor en los distintos procesos implicados en la obtención de la leche.
¿Hay experiencia histórica en la contratación de las crianzas de los reemplazos lecheros?
En los Estados Unidos de Norteamérica el 46 % de los reemplazos lecheros son criados fuera, por contrato, en lecherías grandes (de más de 500 vacas); esto es menos popular de que se haga en las granjas pequeñas y medianas. Antes del año 2,000 —en los EEUU— solamente el 1.7 % de las granjas lecheras contrataban la crianza de su hato de reposición; pero en el presente, esto ha aumentado rápida y considerablemente.
¿Y qué pasa en México?
En nuestro país, ha habido iniciativas, tanto gubernamentales como privadas, desde los años 60. Tengo memoria de algunos programas (ya desaparecidos) encaminados por los bancos (Fira, Banrural, etc.) y Liconsa. Por otra parte, algunos productores de leche, entre ellos algunos de la Comarca Lagunera, ya han incursionado por estos caminos de especializar sus propias crianzas (con resultados positivos), por cuanto a criar fuera de la granja. Aunque es justo apuntar que tales iniciativas, se están dando criando solamente sus propios remplazos, y a partir de los 5 o 6 meses de vida de la becerra. También sé de otros centros de recría encauzados en otras regiones; pero —para mi gusto— no tienen comparación con un centro de recría de vaquillas en Zaragoza, España: Las Nieves
Me pregunto si resiste análisis la creación de este tipo de entes, ya sean de gobierno o privados, que coadyuvaran en el abastecimiento de vaquillas al parto, de calidad superior a lo que pudiesen estar produciendo los productores de leche, en su propia granja; consecuentemente, pues, especializarse en producir más y mejor leche de calidad.
¿Y qué hay sobre las desventajas de la crianza de reemplazos por contrato?.
Para concluir y tratando de ser consistente en exponer tanto las ventajas como las desventajas de las distintas formas de reposición, citaré en seguida algunas posibles limitaciones de la contratación de la crianza de becerras y vaquillas:
- Cuando se concentran o agrupan muchos animales procedentes de explotaciones diversas, no se deben descuidar los riesgos de mayor incidencia de presentación de enfermedades.
- No es descartable el que el especialista (persona o institución) en crianza carezca del “espertís” requerido, y que no llegue a criar los animales con la perfección pretendida.
- Que los contratos de crianza no cubran todas las posibles contingencias, o que no sean lo suficientemente claros en sus cláusulas en cuanto la interpretación de las responsabilidades de las dos partes contratantes y que, por lo tanto, no se llegue a un feliz término en el cumplimiento del contrato.
Literatura consultada
- Ahedo, J. y A. Batch. 2017. Cómo profesionalizar la recría de novillas. Campo Calego.
- Cornelisse, S. et al. 2022. Dairy heifer contracting fundamentals. PennState Rxtension.
- Overton, M.W. and K.C. Dhuyvetter. 2017. Economic consideration regarding the raising of dairy replacement heifers. Large Dairy Herd Management. 3rd ed.